Era una noche fría, de esas noches en las que necesitamos un poco más de compañía, al pasar por aquel viejo bar por la ventana se veía a esa mujer sola que impacientemente terminaba de tomarse una copa de vino mientras miraba el reloj. Su cuerpo delgado, su cabello oscuro, y sus finos rasgos resaltaban esos ojos tristes que dejaban ver a través de ellos una profunda desilusión.
Su novio le había pedido que se encontraran en ese sitio a las 8:00 PM, ya eran casi las nueve y él no aparecía, ella marcaba insistentemente a su celular para recordarle la cita que tenían, pero la llamada siempre terminaba con la misma frase:”buzón de mensajes” Ella no perdía del todo las esperanzas, en el fondo estaba dispuesta a escuchar la usual excusa, que aunque sabia que era una mentira, siempre la dejaba más tranquila, pero ya había pasado otra media hora, así que decidió no esperar más.
Salió rápidamente del bar, abordó un taxi, cerró los ojos para contener las lágrimas, con un nudo en la garganta hizo un esfuerzo para hablar y le dio las indicaciones al taxista para que la llevara a su apartamento. En la soledad de su habitación sintió la necesidad de desahogarse con alguien, descolgó el teléfono, marco el número de su mejor amiga y en medio del llanto le contó lo sucedido, su amiga no estaba sorprendida, pues no era la primera vez que el novio de esta mujer desesperada la dejaba plantada.
La amiga buscando consolarla le aconsejó que tomara venganza, que se buscara otro y le pudiera los cachos, para que de esta manera la aprendiera a valorar, la mujer un poco confundida terminó por convencerse que esa era la mejor solución. Planeando la venganza la mujer llamó a un viejo amigo de la Universidad, quien sorprendido por la hora de la llamada comprendió que su amiga realmente lo necesitaba.
La mujer le puso a su amigo una cita en su apartamento, estaba dispuesta en esa noche fría a ser infiel, y sabia que con su amigo quien siempre había estado interesado en ella, era la perfecta oportunidad. Tan pronto se oyó el timbre de la puerta, la mujer abrió y se encontró con un hombre detallista, preocupado por ella, un hombre simpático que la hacia reír y sobre todo la hacia sentir bella e importante.
El celular de la mujer empezó a sonar, pero ella ya no quería contestar, ya no iba a aceptar ninguna excusa, así que apago su celular y desconectó la línea telefónica de su apartamento para que su novio sintiera al menos una vez lo que ella sentía casi a diario cuando mendigaba un poco de tiempo y un poco de amor. La mujer ya se sentía satisfecha con su venganza, pero su amigo no se quería conformar con charlar y reírse solamente.
La mujer estaba confundida entre sus ganas de vengarse y la necesidad de sentirse amada, fue aceptando poco a poco que su amigo se acercara más y más, se dejó besar, se dejo acariciar, y pocos minutos después estuvo totalmente sin ropa, dejándose saciar, sin recibir a cambio el alivio que esperaba luego de llevar a cabo su venganza. Espero que su amigo se fuera y se acostó en su cama a pensar, no podía dormir, y no dejaba de preguntarse si había hecho lo correcto, porque algo en su mente y su corazón no la dejaban descansar.
Tan pronto salieron los primeros rayos del sol, la mujer quiso tomar un baño, para limpiar un poco el remordimiento que la consumía. Luego de bañarse la mujer volvió a su habitación y recordó que tenía apagado su celular, así que lo encendió y se recostó en la cama a escuchar los mensajes del correo de voz, inmóvil quedo al escuchar entre sollozos la voz de su suegra que le decía: “mija conteste el teléfono, es para decirle que mi hijo tuvo un grave accidente y necesitamos hablar con usted”
Tan pronto salió del shock nervioso, la mujer tomó el teléfono para llamar a su suegra, quien en medio del llanto le reclamaba que no hubiera contestado antes el teléfono pues el accidente de su hijo había sido casi a las 8:00 PM llegando al bar donde había quedado de verse con ella, y la ultima voluntad antes de morir era hablar con ella para decirle personalmente que era la primera vez que tenia una justificación real para no llegar a la cita.
La mujer no respondió nada, no soportó la situación y colgó el teléfono, se sentía impotente, culpable y sin dignidad, busco el perdón de Dios por su error, pero no logró la redención, poco a poco se sumió en un sueño profundo entre
la sangre espesa de sus venas en el que espera encontrarse y reivindicarse con su amor.
Bueno, pero me quede esperando la acción......pdt:CONTINUARA
ResponderEliminar